viernes, 12 de enero de 2018

Una moderna historia de Navidad

José y su mujer María (embarazada de nueve meses y a punto de cumplir) pasean tranquilamente por la Avenida de Jerusalén, cuando de repente se paran ante el escaparate de la inmobiliaria, " Fincas Herodes", fijándose en los carteles que anuncian los alquileres, uno de ellos les llama la atención:
“Se alquila antiguo establo rehabilitado. 70 metros cuadrados. Zona tranquila, bajo sin vecinos, cercano a zona verde, bien iluminado , en la calle Belén.”
¿Por qué no lo miramos?.- dice María a José, poniendo la mirada de gatita cariñosa que tan bien le sale cuando algo quiere.
-Podemos probar, no tiene mala pinta y no es más caro que el cuartucho que ocupamos ahora. Además tiene una habitación  pequeña que le vendría muy bien para el niño que está al llegar.
- OK, le mandaré un whatsapp a mi madre para que sepa que vamos a llegar un poco más tarde a comer.
A la semana  ya estaban mudando los cuatro enseres que tenían a su nuevo hogar, que aún olía a la pintura azul del cuarto del bebé. Éste disponía de una cuna de Ikea, montada por José, carpintero de profesión, pero empleado en una pizzería.
En el piso de la calle Belén hay unas fofuchas de goma eva que representan a toda la plantilla del portal original, junto a un perro y un gato (Pulgas y Mini-No) que además de dar calor,  adornan un poco al igual que las guirnaldas hechas con papel charol y macarrones, una flor de Pascua regalo de una vecina, y un árbol de plástico, de los chinos de la esquina, al que le han colgado unas bolas rojas y puesto una estrella dorada.
La noticia del nacimiento de Jesusito se propaga por el barrio ese 25 de diciembre, tanto en twitter como en los grupos de whatsapp,( el de la family, el de la pizzería, el de los colegas del bar de Poncio el piloto...) .
Las fotos del nacimiento no tardan en estar colgadas en el "feisbuk" del plasta de Ángel, el cuñado de José, que no dudó en meterse hasta el paritorio para sacar las mejores instantáneas del evento.
El padre y los tíos de María (Melchor el abuelo y sus dos hermanos Gaspar y Baltasar) no tardan en repartir puros y abrazos festejando la llegada de su primer nieto.
Las abuelas María y Magdalena, ya han proporcionado el primer pelele y patucos de ganchillo correspondientes, que diciembre es muy frío.

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