Desde dedicatorias especiales,
hasta simples recordatorios, cada lector tiene la libertad de decidir qué hacer
con las páginas en blanco de sus libros pero, ¿tienen una función específica?
¿Por qué los libros tienen una
hoja en blanco al inicio?
Es una costumbre que tiene siglos
ejecutándose, con los años además de su función técnica -proteger el libro- se
les ha dado un valor poético, haciéndolas irremplazables en el mercado de los
libros.
Los libros no siempre tuvieron
carátulas que los protegieran, en la antigüedad –específicamente en el siglo
XV-, los textos se presentaban como hojas sueltas.
El uso constante y la exposición
al exterior, terminaban por deteriorar el contenido, por lo que se comenzó a
usar la figura de las páginas blancas –al inicio y al final-, para garantizar
la sostenibilidad en el tiempo de lo más importante: el texto.
Además de proteger el libro, se
comenzó a utilizar para identificarlo. Los dueños escribían su nombre en las
páginas o los recintos a los cuales pertenecían los libros, plasmaban su sello
para dar a entender de dónde venía el libro.
Muchas editoriales comenzaron a
utilizar las páginas a su favor para hacer leve publicidad a sus trabajadores,
aprovechando la parte posterior de las páginas en blanco para escribir los
créditos.
¿Un respiro para la vista?
Muchas editoriales utilizan la
figura de la página en blanco para darle un respiro a la vista de sus lectores.
En ocasiones, para evitar que el usuario piense que el libro tiene alguna falla
de impresión, se coloca el mensaje: "esta página fue dejada en blanco
intencionalmente".
El lado técnico de las páginas en
blanco ¿facilitan la impresión?
Sí. Los libros se imprimen por
pliegos, no página por página.
La estructura de los libros viene
formada por pliegos. Cada uno de ellos, como mínimo, contiene 8 páginas, es
decir, 4 hojas. El número total del libro tiene que ser, por tanto, un múltiplo
de 8. Cuando no coincide, lo que se hace es poner páginas de cortesía.
Mientras que para algunas
editoriales son simplemente hojas extra que facilitan la impresión, para otros
tienen un lado poético y mágico que le da vida al libro:
"Cualquier libro que se
precie debe incluir páginas en blanco al principio. Un libro es como una habitación,
la habitación propia de cada lector. Y las páginas de cortesía del inicio
sirven para adentrarnos en el texto sin prisa, con aire a nuestro
alrededor".
La poesía en una página en blanco
Las páginas en blanco le dan la
libertad absoluta al lector de transformarlas en obras de arte, en dedicatorias
personales. Convierten el libro en un diario del lector.
Son espacios que contienen
dedicatorias, dibujos, caricaturas, anotaciones de trabajo… Estas anotaciones
son un valor añadido de una trascendencia no siempre valorada. Individualizan
al ejemplar, le dan personalidad y nos hablan de una historia paralela, en
ocasiones, mucho más vibrante que el propio texto.
Las páginas son como lienzos en
blanco, no sirven únicamente para letras, son espacios de creatividad absoluta,
que además de darle un respiro al lector, le dan la oportunidad de transformar
el libro a su gusto: "¿Qué precio tendría un libro en donde hoy se hallara
un dibujo de Dalí o de Picasso? Pienso en dibujitos simples, como esos que
hacía Kafka en sus diarios y que hoy son tan representativos, tan icónicos”.
Esas páginas funcionan para
personalizar, dar vida y configurar el libro al gusto de cada lector, así que
en lugar de ignorarlas, hay que saber aprovecharlas.
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