Hace algunos años -no importa
cuántos , exactamente-, con poco o ningún dinero en mi billetera y nada de
particular que me interesara en tierra, pensé darme al mar y ver la parte
líquida del mundo.
Es mi manera de disipar la
melancolía y regular la circulación. Cada vez que la boca se me tuerce en una
mueca amarga; cada vez que en mi alma se posa un noviembre húmedo y lluvioso;
cada vez que me sorprendo deteniéndome, a pesar de mi mismo, frente a las
empresas de pompas fúnebres o sumándome al cortejo de un entierro cualquiera y,
sobre todo, cada vez que me siento a tal punto dominado por la hipocondría que
debo acudir a un robusto principio moral para no salir deliberadamente a la
calle y derribar metódicamente los sombreros de la gente, entonces comprendo
que ha llegado la hora de darme al mar lo antes posible.
Esos viajes son, para mí, el
sucedáneo de la pistola y la bala. En un arrogante gesto filosófico, Catón se
arroja sobre su espada; yo tranquilamente, tomo un barco. No hay nada de
asombroso en esto. Pocos lo saben, pero casi todos los hombres, sea cual fuere
su condición, alimentan en un momento dado esos sentimientos que me inspira el
océano."
Siempre me ha impresionado la
presentación de Ismael.
Este sentirse alejado del mundo en el que vivimos todos los días, como
si el suelo abrasara los pies solo con pisarlo, me ha parecido el retrato de
cuantos nos sentimos vacíos , apartados, ajenos a la sociedad que nos rodea.
Sentirse vacío es una de las
peores sensaciones que puede experimentar una persona. Si sientes un vacío
interior, si en los últimos tiempos nada te motiva y crees que la vida ha
perdido el sentido, lo que sucede es que mientras te mantenías enfocado en un
objetivo o una persona, no le prestabas atención a lo que sucedía dentro de ti,
a esa progresiva reducción de tu esfera de intereses. Por eso, en la base de
esa carencia también se suele esconder un estado de frustración existencial
provocado por las metas, anhelos y expectativas malogradas.
Llenar ese vacío significa que
tendrás que reconstruir tu identidad y volver a conectar con los demás, con la
vida y contigo mismo.
La persona que no está en paz
consigo misma, será una persona en guerra con el mundo entero
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